Yazmín Lara García

Hoy, hace exactamente un mes, decidí cambiar mi vida. Una decisión difícil pero siempre de la mano de Dios, mi esposo, mi familia y amigos. Tomé esta decisión primeramente para cuidar mi salud; tiene mucho tiempo que empecé a seguir dietas con nutriólogos pero el proceso se tornaba lento y tedioso, mi metabolismo no ayudaba en mucho, a pesar de que seguía las instrucciones. Lo que detonó el hecho querer cuidar mi salud fue una tragedia personal, además de distintos antecedentes en personas de mi familia.

El primer contacto se hizo con Luis Aguilar, un ángel del cielo, atención personalizada al máximo, realmente todo el equipo del Dr. Eduardo García son excelentes, Luis no es la excepción, siempre al pendiente, atento, amable, preocupado por cada detalle, allí nos dimos cuenta que todo empezaba bien.

Me dieron fecha de cirugía y fui para mis estudios preoperatorios (soy de Tamaulipas), allí se me diagnosticó diabetes, desarrollada después de una diabetes gestacional, la cual empecé a tratar con ayuda del Dr. José Eduardo García Flores y el Dr. Rubén Aguirre para poder hacerme la cirugía lo más pronto posible y con el menor riesgo. Se podía hacer la cirugía en ese momento, pero el Dr. Eduardo quería evitar riesgos de no cicatrización o fugas, si hubiese sido otro Doctor que sólo se preocupa por el dinero me hubiera operado sin importar mi salud. Los resultados en ese momento arrojaban una hemoglobina glucosilada de 11.5, la cual para una cirugía con menos riesgos tendría que estar en 7 y evitar cualquier contratiempo.

Todos mis estudios aparecían en perfecto estado, sin embargo el estudio de diabetes no, arrojaba 328 de nivel de glucosa, me dio mucho miedo, me sentí derrotada y decaída porque me dieron que mi cirugía se reprogramaría hasta en un mes y yo me negaba a creerlo, pero fueron las palabras del Dr. Eduardo las que me animaron a echarle ganas, me dijo “los tiempos de Dios son perfectos”.

Después tuve la cita con el Dr. Aguirre y de sopetón me dicen “insulina”, morí de miedo a partir de ese momento. Salí de allí con mis recetas, fui con mi nutrióloga, ya que me pidieron dieta cero carbohidratos, estarme checando la glucosa, picar el dedo diario, inyectarme insulina y que en un principio no bajara el nivel de azúcar, que cada vez te aumentaran las unidades de insulina hasta llegar a 52 unidades diarias era muy doloroso, pero no me importaba porque sabía que era por mi bien; poco a poco fui viendo cómo bajaba el nivel de glucosa y eso me animaba día a día a seguir.

Se llegó el día de hacerme el estudio de la hemoglobina glucosilada, moría de miedo junto con mi marido que se ponía peor que yo, los resultados, hasta medio día, no tienen idea de la angustia y sufrimiento; mi marido me manda mensaje y me pone una carita triste, morí de depresión pensando lo peor, seguramente mi cirugía se atrasaría pero sólo estaba de bromista, mi estudio salió perfecto, con la hemoglobina glucosilada en 7.9, lo celebramos juntos y la fecha de mi cirugía estaba lista. Allí es cuando te das cuenta de que el esfuerzo, y el dolor, saber que no había un dedo bueno para picar, la insulina quemándote por dentro, etc., valieron la pena, te das cuenta que puedes lograr cosas, me sentí muy orgullosa de mi misma.

Llegó el día de la cirugía y mi esposo y mi mamá me acompañaron, yo tranquila y ellos sufriendo a mares. Solamente pedí a Dios que todo saliera bien y que guiara las manos de los Doctores. Me recibieron las enfermeras, con una atención súper especial, me pasaron a preoperatorios y allí llegaron el Dr. Eduardo y la Dra. Elda, él me dio muchos ánimos y la Doctora me tranquilizó y me drogó jeje, aún no llegaba a quirófano y ya no sabía de mi jaja.

Mientras mi familia esperaba afuera; la cirugía fue rápida y el Doctor salió y pasó el dato de los resultados, todo había salido bien. Después te pasan a cuarto, el dolor no es mucho, es soportable, es todo un proceso, te toca respirar mucho con un ejercicio, caminar mucho y todo está bien, desde ese mismo día ya puedes caminar.

Y ahora estoy aquí, después de todo este proceso, luchando contra mi peso y todos los malos hábitos. Llegué a pesar en enero 150 kg, el día de mi cirugía pesaba 144.900 kg, hoy no me he pesado, ni quiero pesarme, será medía sorpresa, ya que hace una semana pesaba 12.300 kg menos. Sé que seguiré bajando y logrando cada objetivo, de la mano de Luis, mis Doctores y de la Lic. Priscila Gutiérrez (que nunca nos ha dejado solo con todas las dudas que surgen). ¡¡¡Muchas gracias a todos!!!

¡Si quieres cambiar radicalmente tu vida, anímate a una cirugía!

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